05 septiembre 2011

El ciclo anual se reinicia

Necesitamos todos los dedos de una populosa civilización de polidactílicos para contar todas las cosas que suceden anualmente, como por ejemplo la emigración de los periquitos hacia el cálido pueblo de los abuelitos del sur, el día del Inmaculado Concepto, el Ramadán de los estómagos insatisfechos, tu cumpleaños y el mío. Y, casualmente, hoy es mi cumpleaños.

No queremos recordar si esta fecha ha sido, en años anteriores, un día de felicidá o afliccione. Nos limitaremos a dejar pasar este día septembroso con calma.

¡Ah! Hoy no solo se celebra mi aniversariou, sino también el de mi blog, mi pequeño rinconcito en Internet. Había pensado regalar una tarta con sabor a crema de fiesta a todos aquellos que siguen las huellas de mi VIDA desde sus ordenadores, pero al final pasé… Zorry, people.

Una cosa que me sorprendió hoy fue la llamada del sumnongle ojos-de-puntito Maselillo. Me felicitó usando el sonido de sus cuerdas vocales y me anunció que sobre mi buzón aguardaba un regalo para mí. Yonson Marcelo y las dos féminas de su casa también me felicitaron vía teléfono, pero ellos no me obsequiaron con nada.

Aparte de felicitarme, Maselillo me había propuesto salir con él, pero yo le comuniqué que me sentía muy desganadә como para hacer mover mis pies por las calles. Al oír mi respuesta, Maselillo me preguntó si podía subir a mi hogar, y yo con todo el negativismo del mundo, le expliqué que no quería visitas. Le rompí un poquitu las ilusiones a Maselillo; además estaba frente a mi portal. Había salido de su casa con la intención de entrar en la mía, pero solo pudo acceder al interior del edificio para depositar sus presentes. Me resultó inesperada y algo incomodosa esa visita maselillense…

Cuando Maselillo se marchó, yo bajé a la planta baja para recoger los regalos. Había dejado dos cajas en dos bolsas diferentes. Dentro del buzón había otro objeto: un sobre.

Siempre he aborrecido las intromisiones de sumnongles, tanto conocidos como desconocidos, en mi hogar. Pobre Maselillo… seguro que le he decepcionadoh por vetarle pasar por la puerta de mi morada. Espero que piense que tenía alguna enfermedad infecciosa y que por eso prefería quedarme en cuarentena.

Tras el nerviosismo picudo que sentí al tener a mi amigo caminando por primera vez en el interior de mi edificio, inicié el proceso abrerregalos. Una de las dos dádivas que había era una caja que Ambrosio me había comprado y que venía dentro de una bolsa tan gris como su vestuario. Era una cajita que contenía puntos de vista: sirven para cambiar el punto de vista de las personas, para que vean las cosas de una manera diferentex. El regalo de Maselillo era una familia de cajas, tipo matrioska, que debí dejar cargando al sol para que su secreto funcionase. La energía solar es muy chulula y es mejor que las PILAS.

Oh, mirad que desastre hay encima de la mesa de los supuestos bolcheviques.    


Puede que esta tarde o mañana pruebe uno de esos de punto de vista con aspecto de píldora. Había algunos que me llamaban la atención, como los puntos de vista radical, superficial, platónico, crítico, astronómico, etc. El más aburrido era la del punto de vista neutral… creo que se lo daré a una paloma para que lo picotee.

Me alegra que Ambrosio me haya dado algo. Pero lo mejor es que me felicitaba en nombre de todos los miembros de la liga. Maselillo ha hecho muy bien en traerme su obsequio hasta aquí.

Luego abrí la caja más pequeña del grupo de cajas de Maselillo: la número cuatro. Estaba calentita y very cargada con el poder del Sol. Tenía la energía necesaria para activar la sorpresa adherida en su interior. Cuando abrí la tapa, contemplé el secreto que guardaba. Era una estampa animada de un muñeco. Miradla, miradla, que se mueve y encanta.


Qué peliculeta tan interesante. El pececito es un incordio pero al menos se lleva su merecido. Lalalá… podría mirar este minúsculo cortometraje impreso en papel durante horas. Lo malo es que se descarga su microbatería.

Por último leí el contenido del sobre que había dentro de mi buzón. La carta NO PROCEDER de ningún sumnongle que conozcamos. Es más, ni siquiera figuraba el remitente, lo cual la hacía más misteriosa. Pero lo peor de todo era lo que estaba escrito (o pegado) en la carta. Nos puso los pelos en diagonal.


¿Quién ha escrito esto? ¿Qué querrá decir? ¿Es una broma o es algo serio? ¿A qué se refiere con el tercero? A todas esas preguntas respondo con un no lo sé. No es la primera vez que soy víctima de este tipo de burlas tan violentas. Ya me han sucedido cosas similares en el pasado, aunque he de reconocer que esta es una de las más desconcertantes. No creo que Maselillo haya sido el cartero malicioso que ha depositado la carta en el buzón. Uff… Si mis vecinos siguieran viviendo, podría preguntarles a ellos. Algunos de ellos también han sufrido estas mofas de mal gusto.

Mis chiquilles, yo me retiro. He de reflexionar sobre el tema de la carta del terror. Quizás no deba darle tanta importancia, ¿o quizás sí? Esto es un lío de tallarines mentales.

Feliz cumpleaños a mí ♪ 
Uy, se me olvidaba… ¡DE MI CASA NO ME MUEVO!

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