30 septiembre 2010

El área de la calle en donde la diversidad explota

Cuando la escuela termina, yo me dirijo a casa. A veces nos quedamos mirando la fachada del edificio sin vecinos y pensamos en lo vacío y silenzzioso que está.

Echo de minus (menos en latín) ver la puerta de la entrada abierta, sostenida por la mano de un amable vecino o mascota superdotada para dejarme entrar. Ahora tenemos que hacer uso de nuestra masa corporal y dedos para abrirla.

Tres graciosos segundos después de haber entrado, me sentí violentamente penetradə por la nostalgia. De mi boca salió un ''¡¡AAAYY!!'' de sorpresa. La nostalgia hizo de las suyas y me quedé triste contemplando la escalera y el ascensor al recordar cómo mis viejos vecinos SUBIR Y BAJAR como viciosos por ambos sitios. La inspiración vino después de la melancolía y me trajo consigo una idea: quería hacer ''algo'' aprovechando la ausencia de vecinos… quería sentirme como un bebeh…

En la planta baja del edificio yo imaginé que era un bebé dentro de mamá-preñada. Tenía que elegir entre DARME A LUZ (que se hacía yendo hacia el piso de arriba por la escalera) o ABORTARME (que se hacía metiéndose en el área vecinosa). Decidí nacer.

Ya en el primer piso, en la era de la caca traviesa, quise hacer algunos ruidos de bebé como mmmguuuuu o mwaaaah, pero a mi edad resulta demasiado patético emitir tales sonidos. En el segundo piso me recreé en mi infancia y entré en la etapa de la adolescencia a partir del tercero. «Ay, estos granos de mierda. Tengo la cara como un cangrejo reviradox»pensé. El espectáculo acabó en la cuarta planta, donde nuestra casa está adherida.

¿Has comprendido el porqué de todo esto? Con esa actuación quise dar a entender que el edificio es mi vida; en él viví mis primeros días de existencia y hasta ahora sigo habitando en él. Mis vecinos formaban parte de mí, ellos también eran piezas de mi día a día. Pero, como lo importante es que yo no he muerto, pues no tenerlos aquí es como haber perdido las caspas de una herida. La vida es así y yo tengo que almorzar. Además… No todos los vecinos me caían bien…

Tras el almuerzo salí a la calle porque quería pasear con cuidado. Pero mi verdadera intención era comprar un ambientador. La casa huele un poco mal. Cuando iba a redoblar la esquina, me encontré a dos crías de persona. Eran los pobres niños pobres, Poubbideux y Poubbidoux. Habían emigrado de Marruco.


Poubbideux era la hermana mayor y Poubbidoux el hermano menor. Con tristeza empezaron a hablarme SIN PERMISO.

—Salut, pou-pou —Dijo Poubbidoux.
—Salut, peu-peu —Dijo Poubbideux.
—Salut, doubidoi —Dije yo.
—Tu es très sympathique, peu-peu.
—Muchas merci, doubidoi.
Avez-vous de l'argent, peu-peu?
—Nous avons fair, pou-pou.
—Oui, Argentina et La Patagonia son très merveillosas, doubidoi. 
—Hein, peu-peu—Expresó Poubbideux algo confusa.
—Je suis desolé, pero je solo tengo deux monedés y las voy a usar para comprar un ambientadoir para ma maison ¿Entendéis, doubidoi?
—Mais…, pou-pou?
—A ver, me tengo que ir. Mademoiselle and bon appétit, doubidoi.

Dejé a los niños africanos derramando lágrimas saladas. Sé que lo prioritario es la supervivencia de nuestros semejantes, pero de ellos no me fío. Ni siquiera parecían hermanos; tenían los ojos muy diferentes.

No me libré de encontrarme con otros individuos. Trisco Treisi deambulaba cerca de su casa y nos cruzamos inevitablemente. Trisco es una mujer que hace veinticinco años resplandecía en los escenarios como una niña prodigio de la actuación. Su propio manager, cuando vio que Trisco cumplió dieciséis años, aconsejó a la chica que tomara sustancias que dejasen su aspecto lo más cucu-aniñado posible. El resultado final fue la pérdida de la movilidad de un ojo y una baja estatura, más las características de un rostro avejentado. Trisco pudo haber dejado el consumo de las drogas que su manager le ofreció, pero no quiso hacerlo porque sus ganas de famah y mucha pasta turbaron su consciencia. Ahora es una vieja gloria olvidada que se pasea por las calles esperando a que los periodistas la acosen como las moscas al mierdo. Esta es Trisco.


—Hola, Trisco. No pensé que iba a verte ahora por aquí.
—Pues aquí me ves.
—Te diré una cosa, ese peinado que llevas es una obscenidad. Si fuera tú me haría dos trenzas alemanas.
—Yo me peino como me sale de la vulva.
—Ya no eres famosa, entiéndelo. No llames la atención como si fueras Lady Glagla, ya nadie se acuerda de tu cara. Conserva tu preciada dignidad, es un consejo de cuervo a plaqueta.
—¿Quieres callarte la boca y dejarme tranquila? Si no te gusta mi tocado arráncate los ojos.

De la seriedad saltó al enojo. Yo levanté los dedos para distraerla y calmarla pero me derrotó las manos con una bofetada poco coqueta. Para vengarme le deshice los nudos de sus lazos. Su peinado acabó destruido. Nosotros salimos huyendo de la cabreada Trisco en dirección a la tienda. Trisco era muy lenta y no pudo seguirnos. Esperé unos minutos, y, luego, con el ambientador recién comprado en la bolsa, me moví en zig & zag hacia casa. Es la estrategia perfecta para esquivar personas de calle. ¿Acaso no estás de acuerdo? Pues piensa y decide con el corazón, que el tiempo se acaba.

27 septiembre 2010

Cráneo, sangre y grasa

La escuela ha estado sufriendo mucho en este día tortuoso. Pobre escuela, la comprendo…

Al comienzo del plácido recreo, nosotros estuvimos ocupados en el patio perfilando nuestras sombras proyectadas en la pared. Lo hacíamos para que no parecieran obesas y así evitar que nadie se riera de ellas y nos tirara tartas de leche. Afortunadamente las sombras lucieron estrechas y firmes como el cuello de un cisne tieso.

Sin embargo, la calma del recreo duró poco para las víctimas de las hermanas Nishastie. Las hermanas son Odnúdea y Pulsubenia, conocidas por muchos como cráneos duros y recordadas por ser muy chungas y de LAS PEORES. Lo de cráneos duros es porque, cuando eran pequeñitas, se daban topetazos contra las columnas para endurecer sus cabezas y acostumbrarlas de esta manera a los golpes.

Sus compañeros de clase, y otros individuos que estudian, se sienten intimidados por estas hermanas violentorras, pero son especialmente las niñas gordas o desvalidas las que lloran de miedo al verlas venir. Las Nishastie atacan a las hembras débiles, pues ellas tienen el gen ALFA y necesitan ser temidas y respetadas.

El modo de actuar de las Nishastie es muy meticulosupi. Suelen invitar a las niñas débiles a tomar un sinfín de refrescos y líquidos que se beben por la boca en la cafetería. Cuando están en clase, esperan que la niña invitada se vuelva meona y quiera expulsar su orina en el baño. Es entonces cuando Odnúdea o Pulsubenia decide ir también al baño para atacar allí a la niña meona. El baño es una zona desprofesorada... aún no se han impartido clases dentro. Además, está lleno de porcelana implacable, lista para recibir el impacto de las cabezas de las víctimas contra su superficie (eso duele, y a ti también te dolería…).

Los baños siempre acaban, después de tanta travesura y dolor, de color rojo y amarillo.

Las hermanas regresaron ayer de la capital de Disneyland Paguís. Según me ha soltado una boca petada de dientes, las dos habían sufrido un percance en la atracción del Tubo Láser de la Bella Durmiente (la película de la señora que se clavó el pincho tóxico de Malefecto, la Bruja Disparates). La mayor de las dos había arrancado un hierro reposa-manos para intentar detenere por su cuenta el vagón donde estaba montada porque quería bajarse de inmediato. Odiaba las luces de la atracción. Luego, sus padres tuvieron que desplegar un monedero para pagar con su interior los destrozos de su hija. Mientras, las niñas tuvieron que ser SEDADAS por sus fuertes histeria-attacks, que paralizaron sus redondeados rostros infantiles.

Ahora están aquí y quieren restablecer su dominio intraescolar.

Al salir al patio, Odnúdea olió el aroma a nené y se volvió violenta. Detectó a una presa y la empujó. Esto fue lo que ocurrió.


—¡DAME TUS DINEROS, PECHUGA!
—N, no tengo nada, Odnúdea. Por favor para este meneo infern...
—¡¡¡CÁLLATEEE!!!

Nadie hizo nada por temor, ni siquiera el niño gafotas. Pobre Sonia Sonisón, su espalda es muy enferma de nacimiento.

Por otro lado, Pulsubenia, que era la más boba de las hermanas y una glotona patológica, decidió atacar a Yaya a mordiscos.


Entre tanta tela y tanta grasa no pudimos llegar al núcleo del dolor para ayudarla. El vestido que Yaya se compró en la cabina de teléfono era demasiado grande.

Un bocazas que soltaba lapos mientras hablaba ''blablablá'' me comentó que la papada de Yaya se gangrenó tras el mordisco, que se la quitaron luego en la ambu y que parece ser que ahora Yaya está más guapa sin ella.

Minutos después de los dos ataques, unos profesores dispararon dardos antiviolencia a las niñas. Ambas cayeron al suelo y luego se las llevaron al hospital, amarradas como chorizos porque se revolvían con espasmos feroces. Fue confirmado hacia nosotros mismos que las hermanas fueron expulsadas este mismo día. Nos dijeron que el estrés del viaje y el cambio de clima las hizo más salvajes que de costumbrex.

Nos da igual que tengan el dichoso síndrome de Glugserneud, O COMO SE DIGA. ¿Acaso sabes escribirlo mejor? ¿ACASO SABES ESCRIBIRLO SIN LOS DEDOS?

Este día ha sido para recordar. Aún así seguiremos yendo a la escuela sin rechistar. Por fortuna nadie ha muerto a manos de las hermanas de los cráneos duros.

23 septiembre 2010

Nos guía hasta encontrarlo. Es automático…

La escuela estaba tranquila. Estaba esperando a vomitar la masa niñezca cuando llegase la hora.

¡Y llegó la hora! Los nunca-jamás-bebés, los profesores y los seres adolescentes salieron hacia el lugar ubicado afuera de lo adentro. Sin embargo, yo tuve que alimentar a los osos escolares como castigo antes de salir de la escuela, pero solo tardé siete minutos. Fue fácil, higiénico y alimenticio. Estamos orgullosos de haber cumplido con nuestro trabajo. Nuestra profesora se llenará de felicidad delante de la pizarra.

Cuando me autoexpulsé por la salida del recinto, me atasqué en una bola de niños lloricas y nerviosos. Estaban todos pegados entre ellos por culpa de esos populares y cómodos patucos con tiras de velcro que están de modah. Los profesores más paternales cortaron las tiras de velcro con un cúter y los niños sobrevivieron. En el lugar de la tragedia infantil solo quedó un pequeño charco de mocos y lágrimas puras. Yo me manché un poco pero ya tengo seco lo que antes estaba húmedoh.

Después de almorzar en casa fuimos al cercano parque de Maraguarrada a descansar los vientres. Allí nos sentimos atraídos por una aglomeración de vecinos de barrio. Toto Salamanca estaba allí con su puñetero jersey azul gominola. Sé que es un nenex, pero un día de estos le diré que deje de vestirse con esa prenda repugnante. Me dará igual que llore, pues lo haré por su bien.

Aparte de Toto shupando plano, había otros bonitos pero MUY miserables vecinos. Elsa Arrarra era el centro de atención. Ella y su perro difamador Castrie (llamado así por razones castradas) habían descubierto a la de tres una cosa INTERESANTE en una de las obras inoportunas que han estado haciendo estos días en el parque.


Elsa es una chismosa y la muy pájara tuvo que informar de lo que había encontrado bajo el suelo del parque. Los vecinos dibujaron con sus ojos varias hipótesis sobre quién pudo ser el constructor de ese pasadizo.

Elsa no sabía nada sobre el hallazgo. Estaba más pendiente de que miraran sus perlas de ostras no fecundadas que de documentarse sobre el origen del pasadizo. Nosotros estábamos tensísimos. Yo en concreto pensé que las posibles creadoras de ese corredor son las índugas muslonas, importadas ilegalmente de… no te lo digo, ¡dubidú!

Según dicen mis enciclopeditos preferidos del ciberespacio, esas índugas viven bajo tierra, donde no pueden ser detectadas por la chusma y gentes aludidas. Como nadie en la actualidad las ha visto, la gente dice que nunca existieron.

¿Sabes?, nos alejamos del jaleo y dejamos a Toto solo con los demás curiosos. Intenté no rozar al niño cuando me fui. Los obreros y la policía tendrían que estar al llegar para controlar la zona con sus palitos de goma.

Buscamos un lugar menos bullicioso para reposar mis huesos cansados. En un área muy frondosa y sombría nos topamos con la peruana Remualda Ramírez. Estaba atrapada.


Me di cuenta de cómo iba la cosa. La cara de Remualda expresaba ansiedad y confusión. Quería sacarla de esa red pero analizamos que la red era en realidad la representación de los problemas de su vida. Físicamente no estaba atrapada, solo estaba pasando por un momento muy difícil en su familia y trabajo.

Un segundo más tarde aparecieron transeúntes con tijeros y cuchillas para liberar a Remualda. Yo tuve que hacer algo y por eso intervine.

—¡NO! No cortéis las redes. Esas redes no son más que metáforas. Remualda no está apresada de verdad… Lo que veis no son más que símbolos que no se pueden cortar, son símbolos que encarnan su fatiga emocional y su infortunio. ¡Ella debe cortar las redes por si sola, su corazón tiene la capacidada de hacerlo!

La gente se fue convencida. Nosotros cogimos un folio y con nuestros rotuladores más gruesos escribimos un mensaje para crear un cartel que pegamos en esa zona. En él rezaba: «Por favor, no liberéis a Remualda. Ella PUEDE HACERLO SOLA. Debe afrontar ese problema sin ayuda. Así se hará más fuerteh».

Más tarde apareció una persona macho en el mismo parque. Era Ferlipe, un engreído y pedante señoritingo. No pudo dejar su bocaza cerrada y me dijo algo que llegó a mi OÍDO.

—Opino que tenemos que intervenir y ayudar a Remualda. Ella sola no sabe afrontar sus problemas; es un tanto patética.
—Disculpememe, pero pienso que ella es lo suficiente capaz como para hacerlo sola; solo tiene que ser valiente y fin. Mire, le voy a enseñar el contenido de mi tercera y última carpeta; en ella tengo guardadas imágenes de personas que han sido liberadas por si solas.

Ferlipe se llevó las manos a la cara después de ver mis imágenes y me soltó la patochada del almendruco.


—Váyase usted en dirección al excremento más cercano. No soporto oír semejante insolencia.

Nos fuimos y dejamos a Ferlipe con la boca más abierta que la boca de un sumnongle viendo su peli preferida.

Esto ha sido todo por hoy. Lo sentimos, NO ESTAMOS DE HUMOR.

21 septiembre 2010

Siluetas de ensueño

Ha sido una semana intensa… Después de lo de Pelafrú, no he parado de soñar con amor y más amor. He notado que estuve expandiendo ondas de amor por toda nuestra casa. Donde hay más amor es en la cocina, lo sé porque así lo percibe nuestro corazón gástrico.

Necesito un ambientadore nuevo con aroma de palomas frescas de otoño. Sí, me hace falta.

Hace unos días, la profesora me echó una liviana bronca maternal porque el día 13 de septiembreh por la mañana no hice acto de presencia en el aula, en donde los compañeros con los que convivo se sientan en sus respectivas sillas verdes. Reconozco que no fui porque me levanté tarde y me entretuve hablando con Mamá Bebé. Tengo un sentimiento de culpa encajado en mi cuerpo… Está muy adentro y me duele como si fuera una pinchosa familia de cactus.

Pero soy un ángel rectificador. Prometí ante la pizarra que eso NO VOLVERÍA A OCURRIR JAMÁS. Juré sobre la Balanza, la Divina Señora y la Gloriosa Letra Biselada de Oro que nunca jamás faltaría a clase a excepción de que me enferme, me rapten, me escondan o me muera.

Después de la clase del lunes, me fui a la parada de autobuff. En la ciudad los autobuffes son más ecológicos y apasionantes que los autobuses de toda la vida. ¿O me estoy confundiendo? No sé, no quiero volver a llorar por confusiones primarias.

En la parada había muchos bultos que se movían hacia todos lados. Cuando me acerqué a ellos descubrí que eran personas de calle completamente secas. Estaban todas desordenadas, mal colocadas. No se ponían en fila india para subirse al transporte, colocándose la persona más decente primero y la menos decente al final. Pero eso me dio igual ¿no?

Yo me puse en el primer puesto y mientras esperaba al dichoso autobuff/autobús empecé a practicar haciendo caras guays (aún sigo entrenando). Una señora china llamada Fung Wong, que estaba hablando con una maruja desprestigiada, me miró de reojito. Le oí decir lo siguiente:

—Deberían seguir enviando soldados a la guerra para acabar con los terroristas que asolan la ciudad y matan a sus pobres ciudadanos.

No pude evitar entrometerme en su conversación. Así que le dije:

—Perdone ¿Acaso usted misma en su totalidad no comprende los grandes riesgos que conlleva enviar nuevos soldados a la guerra?

Fung me miró y tuvo que contestarme:


—¡No! Usted entenderá mi idioma, pero de la guerra no sabe nada. Si enviamos soldados nuevos, estos intentarán ser los mejores soldados del ejército y competirán contra aquellos que ya llevan tiempo en la batalla. Como solo desean ser mejores que los veteranos, se verán forzados a meterse en situaciones peligrosas solo para fardar de que son unos valientes. Finalmente acabarán maltratados, heridos, pellizcados, decapitados, ignorados o insultados por los mismísimos enemigos, simplemente por que no son conscientes de sus actos. ¿Acaso no cree que deberíamos evitar esta odiososa situación? Por eso le digo ¡Chiuuuuuuuups!

La conversación, que dejó perpleja a Fung, acabó justo cuando llegó el autobús. Pero antes pude percatarme de que había un inacabado dibujo en el metal de la cosa esa que estaba ahí. Un niñín lo había tallado con un objeto punzante. No estaba acabado porque el destino lo ha decidido así. Este es el dibujo.


Ya en casa me planteé salir fuera del edificio. Por la noche hacía un frescor muy suave y no me importaba en absoluto.

A unas cuantas calles de distancia de nuestra casa está la casa de Mamá Bebé. Eran las 21:35 de la noche y pude ver desde la acera cómo ella discutía con Papá Bebé cerca de la ventana, aunque tenían el estor superbajado.


Estarían discutiendo por lo de Poesía… (¿ella debió haber abortado?).

Por favor, no seas mal pensado. Papá Bebé no tiene esa cabeza… Es una de esas odiosas coleccióname & pégame (o pegatinas, aunque suena ofensivo) del famoso ratón Donald Dunks, protagonista de una popularísima serie de dibujos de colores. Estaba adherida a la ventana.

Espera… Me he debido equivocar de nombre. El ratón es Micky Maws, el de las risas torcidas. Donald es el perro amarillo, ¿no? Bueno, sean lo que sean, al fin y al cabo son todos igual de chuecos.

Duuuuuh. Cuando ya eran las 22:10 me fui a mi casa. Los papás Bebé se fueron a la cama a eso de las 22:00 EN PUNTO Y SE ACABÓ. Nosotros caminamos por las calles sin compañía. Hace una semana, se podía ver a la polishia rondando por la zona buscando bebés, pero ahora apenas se ve. Oh, el cartel de se busca a Poesía está pegadísimo por todas partes. SE PASARON PEGANDO FOTOS, POR DIOS, pero eso siempre es bueno.

Al abrir la puerta del edificio desvecinado oí unos ruiditos de cosas metálicas, maderitas y artilugios diversos, pero no le presté atención. Es curioso que en mi piso, justo cuando estaba delante de MI puerta, hubiera una persona escondida, específicamente en la escalera frente a la puerta de la casa de mi vecina fallecidosa Cáncela (amén).


Di por sentado que era un familiar suyo que iba a poner flores o postales en su puerta. Además, la mano, que era lo único que pude ver de ese individuo tímido y misterioso, estaba cubierta de negro, o sea, de lutox.

Qué locura. El edificio vacío y aún tiene visitas a estas horas tan adormiladas.

16 septiembre 2010

Lo creas o no, lo que vi fue hermoso

Lo que voy a contar sucedió hace unas horas.

Antes me acerqué a una ventana de esas de las que se abren. La abrí y luego me fasciné de pies a cabeza y de cuerpo total y completo. Lo que vi a través de ella fue a una persona que conozco. Era Rosario Cornelia Goséndez, pero muchos la conocen como la Pelafrú (-tas) porque trabajaba como cuidadora en el comedor de mi escuela actual y los niños siempre le pedían que les pelara sus jugosas frutas del postre. Sus manitas divertidas manejaban con destreza cuchillos y otras armas blancas y en un ZAS-ZAS-ZALAMERA desnudaban cualquier fruta, lista para ser triturada por los dientes de un humanito escolar. Sus manos siempren olían a pulpa… pulpa de fruta.

Pero ya no era como siempre solía ser… Ahora se ha convertido en algo más bello… En algo lleno de amor.


La Pelafrú es una de esas cosas Made of Love. Irradiaba amor por todos y cada uno de sus apéndices. 

Ella me miró mientras flotaba lentamente delante mi edificio sin vecinos en dirección hacia el firmamento nocturno sobre la ciudada. En sus OJAZOS pude ver su historia de principio a fin-fin. He aquí su biografía capturada por mí, concretamentalmente, la de sus últimos días:

«Rosario vivía cada día con Alegría e Ilusión. Un día, Alegría e Ilusión se fueron porque eran una pareja de lesbianas y deseaban empezar una nueva vida juntas fuera de esta ciudad.

Hace unos meses, Rosario, que amaba a su marido Paco Leto, empezó a agobiarse al notar que éste la despreciaba. Paco la infravaloraba y NUNCA le daba besitus de amour cubano que tanto le gustaban a la Pelafrú. Debido a todo esto, Rosario se divorció y experimentó su primera depresión cónica (la del cono). Como no quería seguir tristona y con la autoestima SUPERBAJÍSIMA POR CULPA DE PACO, analizó sus emociones para intentar estabilizarse y se dio cuenta de que tenía mucho amor tupido en su cardiocorazón. Esta opresión sentimental se prolongó hacia su mano derecha y por eso le salió un dedo nuevo… un dedo apasionado.

Después, su mano se dilató y se llenó del amor retenido en sus entrañas. Su mano era la herramienta por la cual expresaba el afecto pelando las frutillas a los niños que tanto la querían. Ahora, su mano era el símbolo absoluto de este sentimiento… La Pelafrú ascendió a una forma superior. Ahora es una criatura volátil, hinchada y henchida de flexlicidad, pues es muy flexible. La Pelafrú… había ascendido de categoría, AHORA ES DIVINA Y HECHA DE AMOR».

—Pelafrú, disfrute de su nueva vida —le dijimos nosotros desde nuestra ventana bien abierta.
—Gracias. Lo haré.

La Pelafrú se fue bien lejos. Yo derramé una lágrima. No había visto un ejemplo de amor concentrado tan bonito en todo el tiempo que llevo con vida. Luego miré hacia lo abajo de lo abajo; habían niños jugando a la bola frente a la entrada de mi edificio.

—¡Niños, contemplad a ese ser con aspecto de mano, es amor puro! ¡Me apuesto lo que sea a que vuestros padres divorciados no sienten tanto amor como ella! —les espeté desde mi ventana—. Es hora de cambiar. La vida del amor es lo que mueve cientos y cientos por dentro del alma que brota y sigue. No está agrietada y avanza aún siendo coja. ¡Es hora de aprender!


Los niños dejaron caer varias lágrimas mientras yo hacía lo mismo. Los conmocioné con mi filosofía. Una de mis lágrimas, arrastrada por el viento, cayó en la calva de un señor, pero me perdonó con la mirada y él también lloró un poquito.

Ha sido una noche brillante.

Esperamos que Poesía siga intacto y a salvo…

13 septiembre 2010

Nos topamos con todo el mundo y no nos quejamos

Fuera de casa hay todo un mundo por descubrir. Pero a veces, sin querer, descubres cosas que no quieres descubrir. Por ejemplo, la madre de Poesía...

Eran las diez de la mañana diurna. Era evidente que me iba a expulsar una CUESTIÓN, me iba a preguntar si había visto a su pequeño feto cabezón.

—No, Mamá Bebé. Aún Poesía no ha sido visto por mi ojo —le dijimos nosotros.
—Qué pena. Ya no sé en dónde puede estar...

Su rostro expresaba tristeza mexclada con un agotamiento extremo.


—Mamá Bebé, es usted una irresponsable. Siento decírselo pero es verdada.
—Lo sé, lo sé, ¡no me mortifiques MÁS!

A continuación emitió un llanto que sonó como un muee-he-he. Será porque tenía la boca sequita. Luego se fue.

Mamá Bebé tiene veintidós años, es demasiado joven para ser una Mami. Su novio tiene la misma edad.

Muchas veces pienso que ella y su novio merecían quedarse sin el bebé, porque son unos FRACASOS COMO PADRES. Habían abandonado el instituto porque las drogas pegajosas que consumían no les permitían leer los ejercicios de los exámenes. Además siempre suspendían una y otra vez y cuando no tenían droga esnifaban el polvo blanco que suelta la barrita blanca que sirve para escribir en la pizarra. Ahora viven en una vivienda indeseable y no tienen visitas. Yo tampoco los visito, solo los pillo a veces en el parque y cerca de la comisaria de policía.

Mamá Bebé tiene la cara grasienta. Le debí haber dado una de mis toallitas personales...

Aunque haya dicho que era una irresponsable PORQUE LO ES, deseo desde el fondo más profundo del fondo de mi alma que su hijo vuelva a sus brazos para ser amamantado con su leche juvenil de madre inexperta.

(Eh, tú)

Unas horas más tarde me fui por los alrededores de las afueras. Fue allí donde atisbé un cuerpo sonrosado. Llegué a pensar que eran las nalgas desnudas del bebé o simplemente su cadáver.
Cuando me acerqué fui consciente de que me había topado con un topo. En realidad… no era un topo, era una especie de persona sin brazos que amaba el ballet y que por ello deseaba ser bailarina. Me entristeció ver que su sueño acabó truncado...

Aún la recuerdo en esa postura retorcida y con ese aspecto ultraperjudicado.


No comprendo cómo pudo acabar así. Pero a pesar de su sufrimiento seguía sonriendo. Adoré su sonrisé…

Ahora estamos en casa.

Oh, me pica la curiosidad en su estado puro. Algo verde había excretado la bailarina frustrada ¿qué será? O mejor ¿En dónde ha conseguido esos pompones rosados? Son preciosos.

—¿Quieres comprarte unos iguales?
—Sí —le dije.

12 septiembre 2010

Por favor, auxilio (En serio)

Una chica que conozco desde hace tiempo ha hablado conmigo hace unas horas y me HA SUPLICADO UNA PASADA que escriba en nuestro blog una noticia conmovedora: Su bebé ha sido desaparecido.

Todo sucedió hace unas cinco horas, en los alrededores del sitio en donde se perdió su hijo. Este es el retrato del bebé:


Su característica más llamativa es el lunar con forma de moneda que tiene detrás de la oreja derecha. Es muy dócil y llora mucho si le pegan.

Por favor, si lo ves, llama a este número y su familia con mucho gusto te atenderá: 902 66970. La recompensa será la que sus familiares decidan en el mismo instante en el que el bebé esté en el dominio maternal. Antes no será posible.

Por favor, si lo ve, llame a 902 66970. La insistencia es IMPORTANTE. Si lo pilla, entrégueselo a la madre, QUE ESTÁ DESESPERADA. Ella espera ansiosa y el bebé quiere leche.

Por cierto, el bebé se llama Poesía. No es broma, LO DIGO EN SERIO. Además yo opino desde mí misma entidad que ese nombre es muy bon-ito.

Ouh, ojalá la madre del bebé no lea lo que me ha pasado hace unos ''segunditos''. Me he encontrado con este señor bajito cerca de casa.


Al verme se puso a parlar conmigo.

—Eh, ¿por dónde se perdió el bebé?
—Cerca de la panadería —le dije yo.
—Gracias. A ver si tengo suerte y lo encuentro.

Le mentí porque sabía que ese señor de cuatro al tercio no era más que un vicioso. Era uno de esos asquerosos obsesionados con las carnes blandas y con el Beibi Channel. Además, era tan pervertido que había desarrollado una mirada especial: con un ojo miraba a la cara y con otro miraba hacia los genitale… bueno, todo el mundo sabe a qué nos referimos.

Ese señor no tocará al bebé Poesía. No le meterá las manos en el pañal.

Ah, un individuo me ha cuestionado si la madre de Poesía es mi madre. Pues yo le contesto no; la madre de Poesía NO ES MI MADRE.

Eh, bebé…, aparece…

11 septiembre 2010

Me voy hacia delante

Espera ¿Sabes por dónde voy?

Quiero decir: estoy mal por lo que les ha pasado a ellos. Cuando me siento mal salgo de casa. Yo me prolongué hacia más allá de la apertura del edificio que ha adjudicado mi casa.

Pues sí…

En la calle me encontré inesperadamente con Yonson Marcelo. Me preguntó por mi estadio de ánimo y al comprobar que no andaba muy bien me propuso entrar en su casa para pasar el rato.


No tenía muy buen aspecto y su aliento no olía muy bien. Cuando me fijé en su frente vi que tenía una mancha roja. Luego le dije:

—Con esa mancha en la frente te pareces a Harrie Pottex.

Me miró con cara de asombro y acto seguido se enfadó, pero no llegó a cabrearse tanto. Después de entrar por la puerta de su KASA (se llama así porque CASA es mía y no hay que confundir), vimos el cuadro de su madre.


Estaba en un espacio pequeño entre la entrada y la puerta turca por donde YO no llegué a pasar.

Deduje por mi cuenta que la madre era oculista. También deduje que era muy guapah. Nunca le pregunté a Yonson cuál era el oficio de su madre porque eso es una grosería.

Quiero explicar con imágenes, porque con números y palabras no me sale, cómo de grande era el cuadro de la madre. Como mi ineptitud es enorme, llamé a la cociñeira de Yonson (sí, cociñeira, porque es galleiga) para que con sus manos mostrase cuánto medía más o menos el cuadro.


Hizo un buen trabajo.

Después de un rato sin hacer NADA, ¡JODER!, vimos algo de anime de Japón. Yo no me enteré de nada porque los japoneses no me han explicado cómo debo ver un anime de Japón, pero al menos me lo pasé muy bien.

Esta era una de mis cuatro escenas favoritas.


Luego se hizo tarde y nos volvimos a nuestra casa. Yonson no me dijo porqué tenía una mancha en la frente. Como olía a pintura fresca, llegué a la ''conclusión'' de que estaba pintando su cuarto… Es algo que hay que hacer a menudillo.

Ahora estoy en casa. Es de noche y estoy mirándome los pies. Me cuestiono hacia mis adentros si mañana caminaré tanto como hoy.

10 septiembre 2010

Los vecinos que formaron parte de mí

La escuela hizo un ruido extraño: era algo como un RIIIIIING. Al oír el ruido, los estudiantes, profesores y terceras personas salieron del lugar y se esparcieron en todas direcciones. Nosotros nos fuimos al lugar donde habitamos, comemos y nos desarrollamos. Ese sitio se conoce como casa.

Casa fue adjudicada por un edificio de siete plantas donde se esconden ellos. Ellos son los vecinos.

Como siempre, al llegar a casa, vi la puerta abierta del área vecinosa, lugar donde se recrean los vecinos. Lo que había ocurrido hoy allí dentro me dolió un kilogramo (o kg.). Los vecinos habían sufrido el accidente.

Estuvieron jugando al BINGO hasta que se les cayó el reloj de Cuca encima de sus cabezas. Cuando entré en esa área, los vi en un estado deplorablex.

A la primera que vi fue a la vecina del -7b. Estaba irreconocible.


Intenté animarla pero no sirvió de mucho. La siguiente que pude ver fue a la del 7a*.


La pobre estaba muy deterioradita, pero seguía siendo tan maja como siempre. La otra era Cáncela. Estaba ensimismada.










Otro que estaba allí era Josuelo.




Ese chico y yo nos bañábamos desnudos en la BAÑERA de su abuela cuando éramos peques. Justo cuando me vio con los ojos se sonrojó. Y yo comprendí su sonrojo.

—Vaya, Josuelo —le dije yo.

Las siguientes eran las Maricon Sisters. Una de ellas aún sufría el dolor del accidente. Era la mayor de las dos.


La otra miraba a su ex-viudo. Ella era la más cachonda de las dos.


El ex-viudo estaba al lado de la zona más catastrófica. También estaba muy aplastadito.


Y, por último, estaba la del 8º R. Era estricta, pero muy simpática. Ella me pidió que me acercara para decirme lo siguiente:

—Ay, mi sielito lindo, tú cierra la puerta antes de despedirte, que ya sabes que no quiero que te enfermes, anda. Venga, que aquí el jaleo ya se ha acabado.


Entre uñas y dientes, hice lo que ella me pidió. Sabía lo que tenía que hacer...

Cerré la puerta del área vecinosa con el gas abierto y las ventanas cerradas. Esa era la manera de acabar con el sufrimiento de ese trágico accidente. En un principio quise llamar a la ambulancia, pero me daba vergüenza que escucharan mi voz sucia. Ellos entendieron mi situación.

Un minuto de SILENCIO POR MIS VECINOS. OS QUIERO.
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Ya.

Ahora el edificio entero nos pertenece. Ya no tiene vecinos.

09 septiembre 2010

Nosostros protegemos a los animales

Hoy la clase estaba recién lavada. Los niños se acurrucaban en los pupitres mientras la profesora dictaba a ritmo de estudiante estresado. Nadie se esperaba oír un grito grumoso al fondo de la clase. El del grito era el oso Ñangas. Tenía hambrecita.


Lo vi de cerca y comprobé que tenía los dientes muuuuy duros, listos para masticar (guiño). Ñangas se ha convertido en el oso más popular de la escuela, y además estaba muy enjuagado.

A medida que el Sol subía, los niños sudaban más y Ñangas se excitaba.

El otro oso de la clase está envidioso, pues ya nadie juega con él; quizás porque el olor de su orina es más intenso que el de la de Ñangas. Ese oso es Carpeto, llamado así en honor a la carpeta de la señorita.


Yo pude capturar su mirada de enfado.

Antes del recreo, sentimos el murmullo de una bola de plumas. Era el Paxarito ese…

No todo el mundo está de acuerdo con lo de prohibir que Paxarito venga a clase, pero a mí, desde luego, me ha decepcionado mucho. Me da igual si no lo dejan entrar.

Pero espera. Luego, al alumno número 10 de la lista se le cayó el paladar de porcelana. Al recogerlo bajo el armario encontramos a una vieja mascote. Estaba muerta.
Algunos niños lloraron del susto y otros se rieron (eso me pareció una falta muy GRAVE de respeto). Pasó el tiempo y, después de una investigación forense, descubrimos cuál era la cara del culpable… Es esta (mira abajo, por favor).


Sin duda, fue él el asesino. Quise darle su merecido, pero me fue imposible y sólo pude hacerle un retrato de su rostro homicida. La profesora, con tres palmadas alegres, se llevó al niño asesino al baño y allí fue donde recibió su condena, mientras los otros niños coloreaban dibujos de OSOS EN CELO INTENTANDO APAREARSE CON OTROS OSOS.

08 septiembre 2010

Problemas serios en el aula

Nos ha costado mucho conseguir esta imagen de la profesora expresando su opinión. Fue realmente difícil.


Estuvimos debatiendo si estaba cabreada, pero no llegamos a ninguna conclusión; así que el tema sigue pendiente de una respuesta. Lo que sí sabemos es que no se ha comido a nadie

Debajo del suelo de la clase hay un bebesitu. Para amamantarlo hay que sufrir horrores ¡Es muy incómodo!


Meter un pesho por el AGUJERO DEL BEBESITU no es moco de pavo. Se necesita habilidad.

En el recreo, los niños jugaban. Algunos se agitaban mucho.

Los transeúntes se sentían fascinados al verlos jugar.












Lo que me pareció una falta de respeto muy grave fue que empezaran a escupir al suelo. Quisimos detener aquel acto vandálico pero solo pudimos sacar un primer plano de la escena.





Aún seguimos planteándonos abandonar el curso.

Ay…

07 septiembre 2010

Comportamientos

A ver: si quieres hacer caras súper guays, hazlo bien, tal y como lo hace ella.


Y no hagas el truco de los ojos, porque dueleeeeeeeh. No te los metas en los agujeritos que haces con los dedos, ¡no, no, no x2!


Recuerda que con los ojos puedes mirar hacia abajo y hacia las flores.

Míralas de cerca y con gusto. Es muy divertido si las miras con los dos ojos, y es mejor hacerlo con los ojos abiertos.










Así que no te preocupes, querido. No te preocupes tanto como ella: no te escondas detrás de tu abanico, esconde tu abanico detrás de ti.
Y no te deprimas, joder.

Eeeeeeh, ¿no me haces caso?


¿Te has cabreado tanto como él? Pues sóplate la cara con la boca apretada.
Es malo que acumules tensiones, pues se te queda la cara como la de un lamedor de cloacas. Así que tómate un lleno de sabiduría, amor y sabiduría de la MEJOR. Él te ofrece un poco. Vamos, bebe sin temor.


O cómete ese maldito queso que a nadie le gusta.

Espero que te hayas comportado bien.

Escuelas para los niños

He oído por ahí que en esta semana empiezan las clases.

Para llevar bien el curso se tiene que estar tan atento como esta pequeña criatura.


Y nunca, nunca, nunca volverse zopenco o quedarse ensimismada como esta sumnongle.


La escuela es muy dura.