18 octubre 2011

Cosméticos de la discordia

Ave, lector, los que van a morir te saludan.

Joder, qué principio tan inquietante. Por si no te acuerdas, ayer me sentenciaron más o menos a muertex. Esa es la razón por la cual escribo esta oración introductoria… ¡BASILIÓN ME HA ELEGIDO A MÍ COMO SU NUEVA VÍCITMA!

Sinceramente, no es seguro que sea su próximo objetivo, como lo fue Blas en su momento, pero de incautos está el cementerio lleno. He de ser precavidis y pasar desapercibidis por los pasillos de la escuelita.

Ah, este será mi nuevo look durante un tiempopo. Lo llevaré hasta que la ciruela espinosa haya borrado la imagen de mi cara fichada en la maltrecha base de datos de su cerebro.


La muchacha del dibujo no es musulmana, es solo una chica con estilo ♥.

Cómo detesto a Basilión Tronchacocos… He encendido una vela morada con un retrato suyo pinchado en ella con un alfiler. Es un hechizo improvisado y chapucero que he hecho para desearle lo peor. No sé casi nada de magia negra ni de magia violeta, pero, aun así, yo le suelto maldiciones verbalmente cada vez que miro su rostro impreso mientras la vela se va consumiendo. Yo espero que algo de lo que le digo le afecte (¿lo esperas tú también?).

Mi explosión de rabia contenida de ayer no fue un alivio que digamos, es más, ha complicado mucho las cosas. Pienso que mi vida ha cambiado para siempre…

Sé que me estoy rayando con esto de la amenaza de Basilión. A lo mejor todo seguirá como siempre en El Diptongo de Coser y Cantar. Lo malo es que aún no he tenido el valor de averiguarlou porque he optado por no ir a clase durante unos días. He decidido enfermarme usando unos truquitos prácticos, típicos de los adolescentes que hacen novillos. Nunca en la vida diré cuáles son esos sucios trucos; son mi secreto, mi talento, un trocito de mi intelecto tramposo. Han surtido efectox y ahora tengo un resfriado acuoso y una gripe tan leve como el eructo de un espejismo.

Voy a cambiar de tema porque me aburro hacia atrás… A pesar de todo lo que ha ocurrido, estoy algo feliz porque mi gato Perseo ha demostrado tener un gran talento musical. He dejado el teclado electrónico a su alcance estos días para presenciar su progreso en el dominio de las teclas. Me he dado cuenta de que Perseo solo toca una melodía, una melodía que ha ido perfeccionando poco a poco. Como no tiene manos de humano, a mi gato no le queda otra que grabar varias melodías en la memoria del teclado para hacerlas sonar al mismo tiempo que toca otra cosa, ya que no puede tocar muchas notas rápidamente y a la vez debido a la escasa longitud de sus deditos y patitas. De este modo consigue unificar todas esas melodías para crear una pieza musical completa más sinfónica.

—¡Ay, qué arte tiene mi gato! —expresé mientras me levantaba del sofá—. No te llevo a ¡Tú sí que vales mucho! porque la fama te explotaría y te desgatizaría, y tú necesitas una vida tranquila y gatuna, ¿a que sí?

Conozco a mi gato y sé lo que quiere. Hemos conectado desde el día que nos vimos por primera vez en aquel jardín de aquella casa del barrio de Maraguarrada. Ahora se ha acostumbrado a la vida dentro de un edificio y lo noto más a gustete. Mira cómo duerme plácidamente sobre la mesa de mi saloncito de estar por la tarde.


He aprovechado un ratito de este mediodía para grabar a mi gato tocando el piano. La composición suena así como bien. Yo me he quedado de caliza al oír tal obra polifónica. No es una obra maestra pero la ha hecho un gato y no un humano feo de escuela filarmónica, y eso es lo que importa. A esta pieza musical la he llamado Gatofonía melódica. Disfrútala si tienes oídos.

♫🎵

Intuyo que Perseo quiso evocar una imagen positiva de su forma de ser con esta música. Es la alegre representación de la superación personal. Es la historia de un gato sucio de jardín que quiere demostrar al mundo sus habilidades y su valor. En definitiva, mi gato mola cantidubi y no toca Für Elise~ todo el rato, tal y como OTRA GENTE HACE SIEMPRE.

Voy a dar paso ahora a otra anécdota de este día. Hoy sucedió algo que desparramó unas gotitas de vinagre en este día tan poco dulce cuando ya estaba casi acabando. Después de fregar los platos, me metí en mis aposentos para usar mi preciado portátil, en donde escribo y mantengo vivo este blog. Luego, chapoteé en Internet intentando pescar alguna página interesantex para entretenerme y evadirme de mi alokadah realidad. Acabé en una web de consejos para viejos, específicamente en una sección con un artículo llamado cómo abrir la puerta del microondas sin usar el bastón. No me lo leí porque aún no uso bastón.

Tras varias intromisiones cibernéticas aburridas, mi cursor aparcó sobre el link de una página desconocida para mí. Una página llamada Fancy Facies.

—¿Qué cojones es esto? Voy a echar un ojo o dos —preguntamos curiosos mientras el sitio web se cargaba.

Fancy Facies es una página web de color lavanda. No sé si es súper guay pero hoy me he registrado en ella para evaluarlax. Esta página es una comunidad virtual en donde los usuarios suben fotos de sus caretos que han maquillado previamente con el programa de maquillaje digital llamado Fancy Facies Photoeditor. Yo me descargué en mi ordenador esa aplicación oficial de Fancy Facies porque tenía pensado subir mis fotos maquilladas con amor. Eso sí, no serían fotos de mi CARA porque a los desconocidos de Internet no les interesa ver mi CARA. En todo caso serían fotos de sumnongles que no conozco y punto.

Desde la aplicación puedes gestionar tu cuenta on-line de Fancy Facies sin abrir el navegador. Mira cuántas caras se asoman al cibermundo por este hermosisísimo programa. Hay hasta un rostro conocido sonriendo por ahí (¿lo ves?).


«Me gustan mucho las caras. La cara es la parte más divertida del cuerpo; puedes hablar con ella y entender sus emociones», pensé.

Me ha extrañado un poco ver a esta peña con la cara lavada. ¿No se supone que hay que subir fotos con el maquillaje digital ya incorporadou, súper colorido y pavorrealesco? Pronto supe la respuesta: Fancy Facies había organizado una competición de maquillaje en donde los participantes debían de subir sus retratos a la web sin ningún polvito de maquillaje en su tez. Aleatoriamente, Fancy Facies asignaba a los concursantes una foto de un usuario también concursante para que la maquillaran en Fancy Facies Photoeditor. El retrato mejor maquillado ganaba el concurso, y lo mejor es que había varias categorías dentro de dicho concurso.

—No tengo ni idea de cómo demonios se usa el programa, pero de todos modos VOY A PARTICIPAR —dije porque me dio la ganah.

Con un par de clics de ratón juguetón, me metí de lleno en el concurso sin mancharme. Tuve la obligación de subir la foto de una cara, y la que escogí fue la de una persona desconocida que encontré en una página rusa. Justo después, Fancy Facies me asignó el rostro de una concursante europea, pelirroja y contenta, lista para ser profesionalmente pintarrajeada. Creo que se llama Wanda y además tiene cara de monitora de campamento de veranox.

Luego abrí Fancy Facies Photoeditor para empezar a maquillarla. La señorita pelirroja era mi conejillo de indias; iba a experimentar con ella usando los utensilios del programa.


—Tiene una expresión rara. Su cara está muy detallada. Me recuerda un poco a Xisela.

Experimenté un extraño temorcillu al mirar aquella foto abierta en el programa. Al principio parecía un juego tonto pero luego me sentí como esos cirujanos que tienen en sus propias manos el poder de modificar la belleza de una persona para bien o para mal. Al contrario que yo, sus pacientes suelen tener los ojos cerrados a causa de la anestesia en el momento de la operación. En mi caso, mi paciente estaba ahí, con los ojos bien abiertos, mirándome, esperando a ser maquillada. Ella iba a presenciar si la cagaba o no. Ella esperaba que la dejara HERMOSA.

—Tranqui, es solo una foto. Esta concursante no sabe qué es lo que le voy a poner en la cara —dije respirando como un botijo asustadou—. A ver, voy a probar con el colorete y luego con la máscara de pestañas. Es una lástima que no le pueda maquillar la lengua...

Fueron veinte minutos los necesarios para concluir mi uso de cosméticos en el rostro de esa desconocida de sonrisa enigmática. Sin darme cuenta, añadí filtros paganos y pulsé ciertos botones traicioneros que jodieron un poco mi trabajo. Lo peor fue que reparé en mi destrozo cuando mi obra maquillosa ya se estaba subiendo a la página. Así fue como quedó.


—Brilla, brilla como un casino infernal. ¿Qué es lo que he hecho para que se vea así de animadox? —comenté impresionadis al estúpido aire de mi habitación.

Quise seguir probando cosas del programa, pero me daba miedo cagarla otra vez…

Tras emplearme a fondo como amateur en el mundo del maquillaje digital, se me encendió la bombilla del buen gusto y reconocí en ese instante que mi retoque no estaba a la altura del concurso de Fancy Facies. Me había quedado un poco apayasado…

Me apresuré en borrar mi foto maquillada recién subida de mi cuenta antes de que acabara el concurso, pero fue imposible porque Fancy Facies me lo prohibió. Wanda acabó viendo mi estropicio y me envió un mensaje privadox, de esos que ni las cigüeñas entrometidas pueden leer, en donde comunicaba con insultos encubiertos lo DESCONSOLADA que estaba. Según dice ella, le puse «una cara de bufón maligno con afán de ridiculizarla». Mencionó además que yo era una persona cobarde, que, sin dar la cara, voy gastando bromas pesadas por la red sin compasión alguna. Me da a mí que ella está jodidax.

Finalmente, Wanda y otros sumnongles sin identificar, denunciaron mi obra a los moderadores de Fancy Facies por considerarla una burla humillante. Yo quise expresar mi más puro y fresco PERDÓN a esas dolidas almas en mi cuenta, pero en poco tiempo acabaron baneándola temporalmente SIN PIEDAD. Menuda mierda el Fancy Mosqueados ese, y encima el premio del concurso es un artilugio que no me sirve para nadah.

Fancy Facies parece muy guay pero no es un sitio apto para inocentes principiantes como yo. A partir de ahora, la única cara que maquillaré será LA MÍA.

¡Ah! Una cosa que no tiene nada que ver con este último tema: Hoy es el cumple de Yonson Marcelo. Cumple veinticuatro años. Yo ya le di las felicidades por el teléfono en donde se habla y se escucha.

Me voy a dormir. Hasta la próxima entradax.

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