26 octubre 2010

El intruso

No he ordeñado mucha información interesante esta semana. Lo sentimos.

A veces, cuando no tengo nada que hacer, miro un objeto de mi casa para comprobar si puedo extraer alguna anécdota graciosa, interesante, vergonzosa, triste o… lo que sea, curucucú. Esta vez el objeto elegido fue mi mochila, fabricada con mochilé del bueno.


Lo que Yonson me dijo el día de la Fiesta de la Fruta me dejó desconcertadis. Es cierto que siempre cargo con esta mochila a mis espaldas y que la llevo a todas partes, menos cuando estoy en casa (eso era obvio ¿NO?) No puedo evitar separarme de ella… Hemos establecido un vínculo de esos de tipo humano-cosa que ninguna malvada tijera del destino podrá cortar. Esa mochila es como mi hígado, NO PUEDO VIVIR SIN ÉL. Esa mochila es mi compañera, mi aliada, mi correligionaria, mi apoyo, etc. Esa mochila y yo somos inseparables.

Lo he dejado bien claro, me parece. La utilidad de este maravillosísimo objeto es imprescindible en mi día a día. Pero, ¿piensas que tiene un aspecto un tanto infantil? Oh, pienses lo que pienses me da iguale…

Hace unas tres horas sobrevolé el foro oficial de la Fiesta de la Fruta, conocido como Macedonia de las Delicias. Tuve que comprobar si había alguna foto sacada por algún fiestero de mi cuerpo o cara. Pero la desilusión no tardó en llegar; no había fotos de mi persona, solo emoticonos primitivos, rectángulos rellenos de paréntesis deformes y rostros desenfocados de sumnongles borrachos tragándose ramos de perejil con lágrimas en los ojos. Qué repugnante.

Tengo la suerte de que al menos mis imágenes del evento frutal son más delizziosas y divertidas que las de ese foro con sabor a salsa agria de aguacate caducado. Además, mis imágenes contienen sorpresas, aunque una de ellas no es precisamente agradablus. Sin embargo, esa sorpresa era la prueba que verificaba una conjetura de la que hablaban en el foro-fofo. Una persona, según los recuentos y cuentos de Patri, NO HABÍA PAGADO ni un solo euro de la entrada de la fiesta. Esa persona es esta:


Qué desfachatez y qué ASCO. Ese careto se había ocultado como una comadruja entre las berenjenas. Qué mal ejemplo para los niños de hoy y del mañana… Menos mal que pude captarlo en esta imagen, justo detrás de la rebosante glándula mamaria de Patri. Yo soy la salvación; tengo la prueba que demuestra quién es el cararredonda o caradura que disfrutó de nuestros frutos sin pagar un monedito.

Me registré en el foro para comunicar lo de la intromisión a Patri. Después de escribir el mensaje, creé este GLIF animadísimo y lleno de technicolor para estimular tus ganas de buscar a este individuo. Míralo y pon un poco de tu parte, que muy lejos no tiene que andar este verrugo indeseable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario